La digitalización es un proceso necesario para la
preservación de los contenidos impresos. El material y la costura de los
impresos suele maltratarse en el momento de la manipulación técnica, ocasionando
un desprendimiento de las hojas o bien el pegamento se desprende y el impreso
queda físicamente fraccionado. En ocasiones el contenido si bien ha sido preservado,
el documento original ya no puede ser conservado, por lo que debe ser
restaurado.
Las Bibliotecas o Centros de información poseen criterios y políticas
en cuanto a la encuadernación de los materiales impresos, sea el caso concreto
de los libros. Los libros, como contenedores de información posiblemente son mucho
más consultados que otros soportes, ello depende del contexto y el sistema de
consulta que aplique la coordinación o jefatura de la Biblioteca. De ser así se
debe tener en cuenta la integridad del documento impreso, es decir, que debe considerársele
como un contenedor informativo y además un objeto artístico. Por lo tanto deberán
procurarse los siguientes puntos.
- La verificación del encuadernado debe someterse a distintas pruebas de resistencia, incluso hasta abrirse por completo todo el impreso.
- La cubierta no debe estar al ras de las hojas.
- La cubierta o pasta no debe ser alterada ni descartada de la encuadernación
- La uniformidad en el material y los colores son importantes puesto que reflejan la formalidad de la colección impresa.
No obstante, es de gran importancia conservar el documento
tal cual fue adquirido. Por lo tanto, si se cuentan con los recursos económicos
es recomendable implementar fundas para la cubierta o estuches si el libro
sobrepasa las medidas tradicionales. En el caso de los estuches, es importante que
no rocen la cubierta. Para este caso lo óptimo será un estuche que se desdoble y abrace al impreso.