La Humedad Relativa es la forma en que se determina cierta “saturación”
en el aire, muy similar a los cambios atmosféricos que ocurren antes de la lluvia.
Un ambiente ideal para el control de la Humedad Relativa en
los archivos o bibliotecas es de un clima frío, similar a la de los frigoríficos
y congeladores. Como consecuencia del cambio de humedad, el daño en el
documento resulta evidente, inclusive definitivo. Por ello, es necesario
encontrar una “temperatura estándar” para el resguardo y la consulta de los
documentos. Es importante considerar que las bajas temperaturas causan cierta
rigidez en el material impreso, por otro lado las altas temperaturas aceleran
las reacciones químicas en la degradación de los materiales como es el caso de
los ataques de hongos. Si al abrirse algún libro se escucha el crujido del
papel probablemente su material necesita cierta humedad. Una “temperatura estándar”
podría ser considerada de 200C
a 250C.
No obstante el control de la temperatura no es el único factor
en la aceleración de la degradación, el agua al ser un elemento natural (de carácter
caótico e impredecible), afecta de una forma u otra el equilibrio ambiental. Los
materiales con los que se han construido el edificio o la biblioteca son determinantes
para modificar las áreas de resguardo, de manera que toda ambientación climática
necesita una evaluación previa de las instalaciones, para poder ser armonizada
a mediano y largo plazo.
Acción del agua en papel