El siglo XXI ha sufrido una homogenización
o mejor dicho una globalización de ideas y de tendencias en cuanto a la cultura
y el consumo, (la música, los libros, las películas, la ropa y hasta la lengua
nacional o local) ha sido afectada por la cultura anglosajona y asiática. La velocidad
del consumo se incrementa al paso de los días y las horas; en cambio los
objetos y valores elementales carecen de importancia.
El entorno Web evidentemente
sufre de la globalización si no es que “el” la difunde con más ímpetu e impacto
que los otros medios de comunicación tradicionales como los contenidos de la televisión
y la radio, mismos que se incorporan a la Web. Si es el caso, entonces es un
hecho que somos parte de un sistema o un “Orden Mundial” con un consumo con
base en la propaganda, sin embargo, cada quien decide si entrar o que tanto ser
parte del sistema mediático.
En cuanto a las Bibliotecas,
Centros de documentación y Archivos queda claro que se deben optar por los
modelos de difusión y consumo del sistema; siempre y cuando se utilicen a favor
de la cultura y la información que alimenta el intelecto y el espíritu. Es la Biblioteca
entonces un refugio para toda aquella dinámica que dirige, administra y
dosifica la actividad humana desde su individualidad hasta su integración a los
colectivos que están constantemente en competencia mutua dentro del ámbito “social”.
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